La número dos del organismo tripartito, que participó de la cumbre el fin de semana pasado, tiene una vasta experiencia en materia laboral: fue la abogada adjunta del Departamento de Trabajo de EE.UU, desde donde asesoró al expresidente Barack Obama y promovió la regulación de trabajadores de bajos salarios. Y previamente asesoró a la AFL-CIO (una entidad similar a la CGT en Argentina) así como a varios sindicatos, entre ellos al de aeronáuticos.
– El presidente Macri dijo que la Argentina necesita reforma laboral para generar empleo. ¿Hay evidencias de que estas iniciativas creen puestos de trabajo?
– La OIT trabaja con muchos países alrededor del mundo ayudándolos a encontrar el espacio fiscal para garantizar la protección social, trabajar con planes de empleonacionales o cuando están dificultades económicas. Entonces es una cuestión de prioridades y políticas bien diseñadas y también buen diagnósticos sobre qué funciona y que no.
– Uno de las cuestiones en debate son las llamadas nuevas formas de trabajo que crecieron con las plataformas digitales en el mundo y Argentina, en donde algunas compañías no consideran a sus empleados como tales. ¿Qué recomienda OIT al respecto?
– Cada país necesita decidirlo por si mismo. En algunos ya está muy claro cuál es la identidad y estatus de los trabajadores de plataformas, mientras que en otros es menos claro. Si se observan los documentos que producimos para el G20 y la declaración de ministros de Trabajo, se da a los países la flexibilidad para hacerlo en función de situación pero en línea con los estándares internacionales para que todos los trabajadores estén protegidos en la forma debida para tener trabajo decente.
– En su informe sobre el futuro del trabajo, la OIT advirtió al G20 sobre un incremento de la desigualdad en los últimos 10 años, mientras que otro estudio suyo muestra que los salarios a nivel mundial alcanzaron su nivel más bajo desde la crisis financiera. ¿Qué medidas sugieren a países como la Argentina?
– Es cierto vemos que hay una desigualdad creciente en los países y una polarización de la riqueza entre el 1% más rico y el resto. Creemos que los salarios deben ser manejados a través de diversos mecanismos. La negociación colectiva es uno y las políticas de salarios mínimos es otra herramienta. Los países deberían decidirlo, pero es un área de preocupación. La productividad está creciendo pero no ocurre lo mismo con la participación en los ingresos del trabajo, entonces los salarios no están siguiendo el ritmo a la productividad, y esto contribuyó a un incremento de inseguridad y desigualdad. Hay muchas herramientas, pero una política salarial es necesaria.
– Una de las principales tareas de la OIT y el G20 es erradicar el trabajo infantil. En Argentina, hay un 20% de trabajo infantil en zonas rurales. ¿Qué políticas se deberían aplicar para reducirlo?
– El rol de OIT es investigar y desarrollar una base de datos periódica para adoptar políticas. Uno de nuestros principios fundamentales es el derecho a ser libre del trabajo infantil. Cuando los países nos invitan a desarrollar políticas a nivel nacional para erradicarlo, el trabajo infantil responde a distintas causas sistémicas, como la falta de derecho a la tierra, mala educación, falta de voz de los trabajadores. Pero no se trata solo de sacar a los niños del trabajo y darles educación, es proveerlos de otras oportunidades de vida, fortalecer la voz de los trabajadores, quizás desarrollando cooperativas y pequeñas empresas antes que trabajar para largas empresas. Puede haber varias herramientas, pero esta falta de trabajo decente necesita ser abordada en el contexto de una gran cantidad de déficits con el trabajo decente y tratamos de atacarlo en forma sistemática.
– ¿Y el G20 está preocupado por el trabajo decente?
– El G20 ha estado muy preocupado sobre el trabajo infantil, el trabajo forzado y la esclavitud moderna. Cada vez más vemos un mayor compromiso de parte del G20 para abolir y terminar el con esto siguiendo los objetivos de la ONU para 2030 y está dentro de nuestro alcance, muchos están comprometidos, incluida Argentina, que acogió la conferencia global contra el trabajo infantil (2017) y trabajamos de cerca con Argentina y el G20.